De vuelta al cole

Hoy ( y durante toda la semana) he vuelto a vivir la magia de volver al colegio. Esta vez no como alumna, como la niña que iba con un bocadillo, un millón de ilusiones y ganas de aprender en la mochila, sino como "la seño".
Nerviosismo me aguarda en la puerta de 6º A, cuando el profesor llamó para que entrase. La clase miró hacia la puerta, caras de inocencia, caras de ilusión ¡bien no tenemos clase de "cono"!. Avanzando hacia la mesa del profesor, esa que tantas veces hemos temido, esa a la que odiábamos ir; recordaba lo que se pasaba por la cabeza en esos momentos ¿quién es? ¿qué rollo soltará? qué dure mucho porque no tengo ganas de mates...
Nada cambia. Miras el aula y ves las mismas fantasías; ves como hay un grupito de niñas solo hablan entre ellas, el niño guapo (que las niñas miran), el "empollón" que sabe las cosas antes de que las expliques, el que vacila a la clase y a ti, el futuro friki que te enseña los dibujos de goku y dibuja señales de prohibición de entrada de ovnis, el tímido...
Una bola de papel vuela por la clase, la coges del suelo y con cara de niña chica, investigas quien será tu víctima, pero caes en la cuenta que ahora toca ser "profe", acabando esa arma indefensa en la papelera.
Das tu clase, los niños te enseñan su cariño, a su manera, el cariño que se le da a cualquier persona que te quita a tu profesor durante una hora.
Después de cinco horas hablando, intentando que entiendan lo que explico; vuelvo a casa con la voz rota, eso sí, ahora con un poquito de energía, de vida y de ilusión que robé sin que nadie se diera cuenta.


(...aun recuerdo cuando la palabra guerra significaba lanzarnos tizas y bolas de papel...)