31.8.06

Con café y mantequilla

Con el pelo desordenado y los rizos caidos, se levantaba de dormir las pocas horas que el mundo le dejaba. Anoche no le dio tiempo a lavarse la cara y amenecía con restos de rimel alrededor de sus ojos, que al contrario de otras veces, aumentaban la intensidad de la mirada. Mientras la cocina se inundaba de olor a café recién hecho, el pan se terminaba de tostar; un poco de mantequilla y algo de mermelada de melocotón completaban el desayuno. Sentada en su sillón, encendió la tele, acto vano, ya estaba sumergida en sus fantasías.
Su compañera entró al salón; ¿qué te pasa? preguntó. Aspirando el humillo del café, respondió, nada ¿por qué lo dices?.
- Te pierdes en el salón...
- debe ser porque he soñado
- ¿has soñado? qué sueño te hace estar así
- he soñado que volaba
- ¿y qué pasaba?
- abrí los ojos y me encontré la cama sola de nuevo...
Se acercó al sillón y la besó en la frente, no te preocupes pequeña, algún día volarás...

29.8.06

La naturaleza

Hace tiempo me enfadé con el viento, se llevaba las palabras pronunciadas a una velocidad imposible de alcanzar, quedándose todo en nada. Tras firmar una tregua y prometer que no volvería a pasar, la cara de engaño se escondió tras el sol y de nuevo, he sido robada.
Abajo, en las cálidas tierras del desierto, lucha de serpientes, jugando a moderse; inocente juego de animales. El problema de una de ellas, que olvidó el veneno en casa y la mordedura podría doler... todo es un juego...
El mar observaba tranquilo tanto desorden, todo volverá a su cauce, pensaba...
¿Qué fuerza de la naturaleza permite tanta confusión?
Preguntémosle al fuego.

26.8.06

El beso

Bésame como la primera noche, dónde cada beso era el último que me dabas, dónde toda la pasión se consumía por miedo a no tocar más esos labios.
Bésame como el segundo día, dónde el deseo se deshacía con la ansiada espera de las noches que no se encontraban.
Bésame como cuando la fiebre corría por mi cara y la ternura invadía cada roce.
Bésame como el día de que me iba, pasión, deseo, ternura, ansias de más... besa cada lunar que olvidastes, cada parte de mi cuerpo que dejastes...
Pero ante todo, bésame.

17.8.06

En una pequeña isla...


Ana se levantó muy temprano aquella mañana. Como cada día, ayudaba a su padre a amasar el pan que más tarde venderían a los pescadores que marchaban al mar en busca de algo de dinero. Entre el olor harina y el calor del horno, fantaseaba con poder navegar algún día en majestuosos barcos, buscando lugares que descubrir...
No muy lejos de allí, sentado en su camarote acompañado de su botella de ron, el viejo capitán empezaba a cansarse de su larga temporada sin pisar tierra firme. Tocaba su barba, negra y algo desgastada por el sol y el mar, mientras su tripulación continuaba en cubierta festejando motines ya olvidados... ¡capitán! suba a ver esto, dijo el joven Esteban. Cogeando por las escaleras, salió a proa. Sus ojos relucieron de placer, después de tantos días, un pequeño pueblo se divisaba en el horizonte. ¡jajaja! La diversión nos espera muchachos!, ¡a toda vela!...
Cogío los panes recién hechos y los colocó en bandejas, ya casi había acabado. Ana se limpió la cara y salió a abrir la puerta para empezar la venta. Juan estaba ya en la puerta, como cada mañana, madrugaba para poder tener la mejor pesca del pueblo, sólo él conocía los sitios donde coger los peces más exquisitos. ¡buenos días pequeña!, ¿cómo estás hoy?. Ana sonrió mientras guardaba los panes en saquitos. De repente, la campana de peligro del pueblo empezó a sonar. No te muevas pequeña, iré a ver que pasa, dijo Juan mientras salía de la tienda.
Ana corría escaleras arriba hacia la azotea, asomándose a ella, no pudo evitar una sonrisa...
Piratas....

9.8.06

Noches de verano

Noches de verano, huimos del calor cual ladrón con su posesión en la mano, buscamos lugares tranquilos donde disfrutar de la buena compañía y de amenas conversaciones; arriba la gran luna observa, conociendo nuestros secretos, descubriendo fantasías.
Extrañas coincidencias en los últimos tiempos, caminos que se juntan sin saber muy bien cómo, miradas que te aclaman en camillas oxidadas y sofás que crecen junto a la unión de dos cuerpos. ¿qué fuerza inexplicable hará cambiar el rumbo de tantas personas a la vez?, extraña magia de este bochorno que nos envuelve en historias que rozan el surrealismo, ¿cuándo pasó el protector a ser el protegido?;¿cuándo dejaré de odiar los besos nocturnos por el temor a qué por la mañana no los encuentre?...
Noches de verano, noches de calor, noches de ilusión...