Hace tiempo me enfadé con el viento, se llevaba las palabras pronunciadas a una velocidad imposible de alcanzar, quedándose todo en nada. Tras firmar una tregua y prometer que no volvería a pasar, la cara de engaño se escondió tras el sol y de nuevo, he sido robada.
Abajo, en las cálidas tierras del desierto, lucha de serpientes, jugando a moderse; inocente juego de animales. El problema de una de ellas, que olvidó el veneno en casa y la mordedura podría doler... todo es un juego...
El mar observaba tranquilo tanto desorden, todo volverá a su cauce, pensaba...
¿Qué fuerza de la naturaleza permite tanta confusión?
Preguntémosle al fuego.
29.8.06
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2 comentarios:
Sin palabras.
Aclarado ya pequeño? Entendidos de la vida.
De este te quejas pero del anterior no he visto demasiadas pegas :P.
Ainsss...
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