31.8.06

Con café y mantequilla

Con el pelo desordenado y los rizos caidos, se levantaba de dormir las pocas horas que el mundo le dejaba. Anoche no le dio tiempo a lavarse la cara y amenecía con restos de rimel alrededor de sus ojos, que al contrario de otras veces, aumentaban la intensidad de la mirada. Mientras la cocina se inundaba de olor a café recién hecho, el pan se terminaba de tostar; un poco de mantequilla y algo de mermelada de melocotón completaban el desayuno. Sentada en su sillón, encendió la tele, acto vano, ya estaba sumergida en sus fantasías.
Su compañera entró al salón; ¿qué te pasa? preguntó. Aspirando el humillo del café, respondió, nada ¿por qué lo dices?.
- Te pierdes en el salón...
- debe ser porque he soñado
- ¿has soñado? qué sueño te hace estar así
- he soñado que volaba
- ¿y qué pasaba?
- abrí los ojos y me encontré la cama sola de nuevo...
Se acercó al sillón y la besó en la frente, no te preocupes pequeña, algún día volarás...

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