Los primeros rayos de sol comienzan a verse en este mundo gris.
Las serpientes que habitaban mi estómago desaparecen.
Los lobos asentados en mi cabeza, emigran uno a uno.
En mi desierto personal, florecen los oasis que me llevarán
hacia al mar de los sueños, de las libertades, de los amores
reales, de las miradas ansiadas...
Dejaré la arena, para volver a ese mar de vida...
4.5.06
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1 comentario:
Hala, hala... a nadar se ha dicho
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