
Uno de mis pequeños placeres es llegar a casa y quitarme la goma que recoge el pelo. El cabello cae junto con la tirantez soportada durante todo el día, ¡qué alivio!. Ojalá todas las tensiones se fueran soltando un lazo...
Un "huequito" en las fantasías de una pequeña que aprendió a volar para no ser atrapada por la oscuridad. Volad, soñad...
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