El mar

Hay muy pocas personas a las que preguntes que sensación le transmite el mar y no te respondan, tranquilidad. ¿Qué tendrá?. Sentada junto al agua, dejando que su olor penetre por cada poro de tu piel, saboreando la brisa, decides darte el pequeño placer de no pensar, ¿para qué interrumpir el momento?.Cierras las ojos, escuchas el ruido de las olas en la orilla, las gaviotas que pasean por la arena y el murmullo (apenas molesto) de la gente que hay a tu alrededor, que comparten el mismo sentimiento que tu: tranquilidad.
Abres los ojos, ya es hora de continuar con la vida. Comienzas tu marcha, los problemas vuelven a tu cabeza, pero... algunos se los ha llevado las olas y otros, el mar ha conseguido realizar su función: tranquilizarlos.
Las playas de Málaga,pese a quien le pese, han perdido parte de la magia que se podía respirar,pero la función siguen haciéndola. Puede que influya la compañía con la que tengas la suerte, o la desgracia, de estar o con la que has decidido compartir momentos. Me acuerdo de una noche en la que la discusión era si Málaga lo tenía todo, como era de esperar, a un malagueño no le puedes convencer de que no, sobre todo si eres un malagueño cabezota y quien te intenta convencer de lo contrario tampoco tiene muchos argumentos. Ahora digo que, Málaga no lo tendrá todo, pero os tiene a vosotras. Como el mar, habéis cumplido la función, tranquilizar; también reconozco que hay tiempos de tempestades, oleaje, que todo lo revuelve, volviéndose las aguas turbias, pero depués de la tempestad siempre llega la calma.
Gracias por escuchar, por enseñar, por regañar, por suspirar...
La pequeña jaenera,se os hace mayor...