25.4.06

Recuerdos

El simple hecho de estar en tu ventana una noche, puede resultar una tormenta de sensaciones. La oscuridad, el silencio, el aire ... emociones y pensamientos invaden tu cabeza, recuerdos que te sumergenen la melancolía de tiempos pasados. Revives momentos alegres, increíbles, tristes; de repente una canción viene a tu memoria, un olor, o incluso, frases de un filósofo que no recuerdas muy bien donde leistes. El pasado te envuelve, piensas que todo era mejor antes, cierras los ojos con la esperanza de que al abrirlos nada haya cambiado y vuelvas a estar en ese lugar, con esa gente, como si todo hubiera sido un sueño y el tiempo solo fuera una ilusión. Vuelves a abrirlos, la realida te asusta, lo único que encuentras es esa ventana, acompañada de esta tranquilidad. Ese tiempo no va a volver, pero prefieres no asumirlo por el momento y vuelves a zambullirte en ese océano de ideas, nadando entre olores y risas, caras... poco a poco te quedas dormido, dejando a la imaginación crear sueños, sueños repletos de colores y vida, sueños felices, que no son más que un cóctel de hechos pasados, felicidad que añoras, felicidad pasada...

Fechado en el verano del año 2003, son sensaciones que siempre estarán ahí, pero conforme creces te das cuenta que los recuerdos, recuerdos son. Los momentos felices te persiguen por las esquinas y hay que apreciarlos y vivirlos por efímeros que sean. Es bonito recordar y sonreir, pero más bonito es vivir y sonreir.

(El camino solo puede producirse si somos conscientes de la situación presente)