Había una vez una ciudad encantada, repleta de leyendas y cuentos mágicos. Los lugares sagrados estaban escondidos a seres ingenuos, sólo los que creían en la magia de estos paraísos, lograban hallarlos.La pequeña se encontraba en uno de sus preferidos, donde duendes cantaban y bailaban a la hermosura del paisaje. Sentada en un pequeño acantilado, observaba, pensaba; sus guías se hallaban a su lado, compartiendo cada respiración de vida.
Al anochecer, visitaron la cueva del mago. Conocido en la ciudad por las bellas melodías que creaba, tenía el poder de transportar a los seres a los lugares más recónditos e imaginables de la tierra. Sin saberlo, el mago conseguía poner paz al camino....
28.5.06
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