13 de octubre de 1984

Hace veintidos años nacía una niña morenita con pequeños ricitos en forma de caracol adornando su carita sonrosada. En la sala de espera, multitud de familiares esperaban el momento, era la primera nieta, sobrina, hija... Mi tío siempre cuenta que llegaba medio borracho de la feria cuando lo llamaron a casa diciendo que su sobrina había nacido y él no demasiado sobrio, tuvo que subir al hospital, cambiando planes, lo siento tito!. Algunos dicen que de ahi viene mis ganas de fiesta, nací en plena feria. Algo traviesa y mala para dormir, iba creciendo alrededor de una familia que se entragaba en cada gesto que ese pequeño bebé hacía, a cada logro y a cada paso que tenía.
Año tras año vas cambiando con lo que la vida te muestra, nuevos amigos, nuevas ilusiones, nuevas expectativas, años que afrontas con las fantasías del futuro, con las metas propuestas.
Este año lo bautizaré como la época de los cambios y sobre todo el año de las primeras veces, en todo. He aprendido de cada milésima de mi tiempo ( tengo carnet!), he conocido a gente de diversos sitios y de diversas ideologías, he hecho cosas que no creía que hiciera, he vivido momentos que nunca abandonaran mi memoria y he disfrutado de cada momento. Año intenso, bonito y triste a la vez, pero increíble en cada segundo.
¿Qué quedará de la pequeña criatura que el médico sostenía entre los brazos? Unos dicen que la inocencia aún se contemplan en mis ojos, otros, los rizos que todavía me acompañan... para mí, queda las ganas de vivir que hay desde el principio, de descubrir lo que esta vida depara...