3.10.06

Preludio


Había sido un duro día de trabajo. Tras cerrar y echar la llave, se dirigió a su casa cargada con una carpeta replata de ejercicios que hacer, el cansancio y el mal dormir se notaban en sus ojos.
Aquel joven llevaba más de media hora delante de la puerta, al principio sólo observaba para más tarde atreverse a tocar el timbre. Nadie respondía; aún así, continuaba aporreándola como si su insistencia hiciera aparecer a alguien detrás. No hubo suerte.
Colocó como pudo la pesada carpeta mientras buscaba las llaves en el bolso, maldijo unas cuantas veces aquel pozo sin fondo y al fin salieron, abrió el portal y se dirigió al ascensor, "averiado", no me lo puedo creer!
El joven se resignó a la ausencia y comenzó a bajar las escaleras cabizbajo, tenía que haberla llamado, pensó.
Dos personas por la misma escalera, ambos tristes y cansados de la monotonía, deseando una compañía que negaban reconocer. Apenas se percataron uno del otro, a no ser porque el mundo de la joven cayó seguido por todos sus apuntes...
Se miraron, habían pasado semanas sin verse, pero la pasión que se desprendía no era menor.
No hubo palabras, sólo besos y caricias, el deseo escondido se apreciaba en cada parte del cuerpo que se tocaba; ¿cuánto había querido él recorrer el cuerpo de la joven como lo hacía ahora? subiendo poco a poco por su pierna mimando cada centímetro de su muslo...y ella? soñando cada día con estar entre esos brazos que la poseían...
Andaron, o más bien, volaron por aquellas escaleras, el muro que antes le negaba entrar al mundo ahora no le puso resistencia, la puerta se cerró, tras ella una historia que se negaba a acabar...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Al principio creí que la silueta era la tuya. Genial texto y foto. ;)

valuja dijo...

No me importaría ser la silueta... por cierto nombre extraño el que usas.