
Crecemos, pero hay partes de nosotros que se niegan a ser mayores.
Disfrutamos corriendo por la playa, haciéndole "ahogaillas" a nuestros compañeros, salpicando agua (y arena que acaba en los ojos); discutes por la chuchería que tanto te gusta y peleas con las olas para que no te lleven a su profundidad. Sólo queda el castillo de arena, hecho con los cubos diminutos...
Pero, de repente, aparece Capitán Garfio, seguido por el cocodrilo que le marca la hora, atrapándole en el infierno de las horas. No es el cocodrilo lo temido, es el reloj...
Adiós al castillo, adiós a las olas, adiós a las chuches... volvemos al barco que nos llevará a la ciudad gris, donde una simple burla, puede traer enfados. Volvemos a estar bien peinados, vestidos y listos para "ser mayores".
Pero, no os preocupeis niños, pensad en momentos felices, cerrad fuerte los ojos y en la ventana os esperará Peter Pan, que os guiará a.......
A mí? a mi paraíso particular....